que no abandone la palabra
que sea mi escudo y mi espada,
mi bandera y mi arma,
que sea ella quien me salva,
de la muerte del alma,
que no abandone la palabra,
que no la cambie por nada,
ni por el mejor momento en mi cama,
ni por la gloria y la fama,
ni por pasar en la luna un fin de semana,
ni por una cena en el Jules Verne con la princesa Diana,
que no abandone la palabra,
que siga escribiendo poesía,
que siga siendo mi motivo para levantarme día a día,
que no abandone la palabra,
que sea mi escudo y mi espada,
que sea mi bandera y mi arma,
que sea ella quien me salva,
de la muerte del alma.
LUIS RODRIGUES
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