TUS MEJORES AMIGOS ESTAN EN EL CUARTO DE AL LADO Siempre cerramos los oídos, A los consejos que nos dan nuestros padres, Ellos siempre tienen razón, Porque han vivido mas que nosotros y si que saben, Nosotros los hijos nos dejamos llevar por los sentimientos, Ellos son más sabios y más agiles, Los golpes de la vida les han enseñado por donde deben caminar, Y de quienes deben alejarse, La juventud es buena para aventurarse, Pero también es excelente para equivocarse, Si un padre te dice hijo debes distanciarte, Escucha sus palabras, Son advertencias de que alguien quiere lastimarte, Ellos no quieren impedirte que crezcas, Lo que quieren es evitarte, Errores que te dejen sin fuerzas para levantarte, Tus padres son tus mejores amigos, No los busques en la calle, Si alguien te habla mal de ellos, Debes ignorarle, Defiéndelos siempre a capa y espada, Y no permitas que los callen, Ellos siempre te querrán, Sin importarles como te llamen, Ámalos ahora porque mañana puede ser tarde, Dales los mejores momentos, Para que no puedan olvidarte, Es un mensaje que te enseña a valorarlos y a valorarte, A ti como hijo y a ellos como padres.
Quiero ser farolero, Quiero vivir en un farol, Escribirle a las cosas de la vida, Escribirle a las cosas del amor, Tener un perro Golden Retriever, Que no sepa quien soy, Y enamorarme de la luna llena, Que me alumbra el día de hoy, Quiero vivir lejos del mundo, Tener una maquina de escribir, En las noches hablar con DIOS, Y mirar las estrellas antes de ir a dormir, Y solo recordar los buenos momentos, Aquellos que me hicieron vivir, Quiero ser farolero, Quiero vivir en un farol, Distante de todo lo que me lastimó, Encenderle el faro a la vida, Encenderle el faro al amor, Tener mi conciencia tranquila, Y mirar la salida del sol, Quiero ser farolero, Quiero vivir en un farol, Mirar las olas que chocan con las rocas, Sin tener que pedirle perdón, Alumbrar a los barcos en las tormentas, Y cumplir la misión, De llevar a puerto seguro mi corazón.
Es abogado por la Universidad Santa María y poeta por culpa del amor. Llegó a Caracas con dos años de edad junto a su hermano gemelo y sus padres, derivado a la guerra civil angoleña, admitida como el conflicto más largo de África y uno de los más condicionados por la Guerra Fría. Circunstancia, que aunque escapa de su memoria, le ha servido de referencia para preocuparse por el destino humano a través de la inquebrantable pasión por las palabras, que, lo han llevado, a realizar tres poemarios y publicar exitosas reflexiones en el periódico Quinto Día. Como también, explorar la emoción de participar en concursos literarios o asistir a valiosos recitales: una ruta por medio de la cual, desde 2010, este blog ha sido la extensión más perfecta de la habitación donde sueña, escucha a Arjona, lee a Benedetti, y mira a su gato perseguir cometas.
